La infancia es la edad en que la imaginación vuela más alta, la edad de la fantasía en la que somos inmensamente felices con una video consola o con un surtido de pinturas y un bloc en el que dibujar. El espacio más ligado a la intimidad humana es el dormitorio, puede que por eso los niños buscan desde pequeños hacer de su habitación su palacio, su espacio más privado y querido. Cada vez es más común encontrarnos con estructuras de casitas dentro de la habitación del niño.
Una casa dentro de la habitación crea un ambiente totalmente acogedor y mágico ya que los niños sienten debilidad por las cuevas, casitas y cualquier rincón especial que les inspire intimidad. Para elegir el tipo de habitación que queremos lo haremos en primera instancia dependiendo del espacio del que dispongamos, ya que no siempre podemos contar con el espacio que nos gustaría. Hay varios modelos de habitación cueva o habitación nido que no ocupan mucho espacio:
Modelo de habitación tienda de campaña. Este modelo pretende recrear la forma de una caravana. Incluso incluye el remolque de la misma que puede utilizarse como cofre para guardar los juguetes.
Modelo de habitación con literas podemos decorarlo para que parezca una cabaña. Este práctico modelo de litera permite colocar la cama en distintas posiciones y espacios. Las literas son siempre una buena opción cuando la habitación tiene unas dimensiones muy reducidas. Hay un tipo de literas que son abatibles y permiten aprovechar todavía más el espacio.
Las camas nido son otra opción interesante para las habitaciones infantiles pues en la parte inferior de la cama se dispone de mucho espacio que nos permitirán guardar los juguetes o los objetos del niño.
Las camas individuales son las que ocupan más espacio en la habitación, si el dormitorio es grande es una opción muy bonita y armoniosa. Podemos colocar un escritorio próximo a la cama y una mesita de noche. Podemos rentabilizar el espacio utilizando un escritorio plegable, este consta de una puerta abatible que se abre para trabajar y se recoge cuando se termina la tarea.
Otra opción es delimitar el espacio de juego construyendo una cabaña para que el niño pueda utilizarla como escondite y como lugar en el que recrear todas sus fantasías intrépidas y mágicas.
Una decoración diferente y original que hará que nuestro hijo se sienta muy feliz. ¡Vale la pena el esfuerzo!